LLAMADA A LA DENUNCIA SOLIDARIA
GABRIEL Mª OTALORA, gabriel.otalora@outlook.com
BILBAO (VIZCAYA).

ECLESALIA, 29/11/24.- Leo en el último número de la revista SIT (Solidaridad Internacional Trinitaria) unos datos preocupantes sobre la realidad mundial de los cristianos perseguidos. En una Carta circular del ministro general trinitario, Luigi Buccarello, recuerda una de las esencias de la orden trinitaria, la del “compromiso con los que sufren a causa de su fe”. Y añade que ocuparse hoy de los cristianos perseguidos “significa responder a uno de los retos más complejos y urgentes de la actualidad” por el aumento de las persecuciones religiosas en las últimas décadas.

En concreto, Buccarello se refiere en su Carta a los últimos informes que señalan la cifra de 250 millones de cristianos que sufren discriminación y persecución, incluso padeciendo el martirio. Esta cifra supone que uno de cada siete cristianos “sufre graves discriminaciones por su fidelidad al Evangelio”. ¿Por qué prima la indiferencia o el silencio cómplice sobre la solidaridad? No me refiero solo a las agencias de noticias, sino a la propia institución eclesial occidental, que no muestra suficiente capacidad de denuncia y de sensibilización ante un problema existencial en torno a la evangelización y a los derechos humanos más elementales, en este caso a la libertad religiosa.

Tan preocupados como estamos por cuestiones institucionales y de estructura eclesial, no sentimos como propio el clamor de semejante injusticia planetaria. De hecho, sabemos más de las persecuciones del imperio romano que de las que ocurren en pleno siglo XXI. Los cristianos del Primer Mundo no estamos concienciados, como tampoco lo está el conjunto de la sociedad de esta tragedia. No percibimos la gravedad del problema por lo cual el problema no existe en nuestra conciencia social. Esto me parece igual de preocupante ante la impunidad que ello supone.

Crea una imangen en la que aparezca el mapa del mundo oscuro, con las líneas de los países señaladas y puntos de luz en Corea del Norte, Somalia, Libia, Eritrea, Yemen, Nigeria, Pakistán, Sudán, Irán, Afganistán, Omán, Burkina Faso, Nicaragua, Argelia, Laos, Argelia, Cuba, Colombia, Vietnam, Indonesia, Turquía, Malí, México, Honduras.

En el tenebroso ranking de persecuciones cristianas, Corea del Norte ocupa el primer puesto. El resto de los mayores perseguidores son casi siempre los mismos: Somalia (puesto 2), Libia (puesto 3), Eritrea (puesto 4), Yemen (puesto 5), Nigeria (puesto 6), Pakistán (puesto 7), Sudán (puesto 8), Irán (puesto 9) y Afganistán (puesto 10). Según la ONG católica Puertas Abiertas, incrementan su represión Omán, Burkina Faso, Nicaragua, Argelia y Laos. Nicaragua sube del puesto 50 al 30, mientras que Argelia pasa del puesto 19 al 15, debido a que las autoridades intensificaron una campaña contra la iglesia protestante, de la que solo permanecen abiertas 4 de un total de 46 iglesias. Nicaragua está en sintonía Cuba, que pasa del puesto 27 al 22.

Por el contrario, Colombia registra un descenso, pasando del puesto 22 al 34. También se observa una mejora significativa en Vietnam al bajar del puesto 25 al 35; Indonesia lo hace del puesto 33 al 42 y Turquía, del puesto 41 al 50. En el caso de Malí, los ciudadanos aprobaron una nueva constitución que reconoce a su minoría cristiana.

Por último, leo que la violencia del crimen organizado tiene especial presencia en México, Colombia y Honduras. Las actividades de sus grupos guerrilleros y bandas de narcotráfico se combinan con la corrupción estatal, lo que desemboca también en una actitud hostil para los cristianos de estos países que se ponen de parte de quienes sufren las injusticias.

Todo esto lleva a preguntarme por la razón del desapego occidental general de los cristianos ante la situación de tantos millones de hermanos en la fe que sufren persecución y muerte por causa del Evangelio. 250 millones son muchos millones de perseguidos, pero otras fuentes hablan de otra cifra, más cercana a los 300 millones contando todas las situaciones que impiden la libertad de expresión religiosa siguiendo los pasos de Jesús de Nazaret.

Vayan estas líneas de apoyo y solidaridad a quienes arriesgan su bienestar por la defensa de la fe, especialmente a la familia trinitaria que luce su carisma a través de la labor del SIT con nuestros hermanos perseguidos por su fe. Tan lejos, y tan cerca de nosotros (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia. Puedes aportar tu escrito enviándolo a eclesalia@gmail.com).