NOS DEJAS, FRANCISCO
CÉSAR ROLLÁN SÁNCHEZ, eclesalia@gmail.com
MADRID.
ECLESALIA, 21/04/25.- Te vas en mal momento.
Ninguno es bueno para irse, ¿pero este?
Te vas sin ruido, sin aire, sin aliento.
Francisco, querido Bergoglio,
llegaste desconocido para muchos que no sabían de ti,
de tu historia y de tus comienzos.
Apareciste pidiendo nuestra bendición
y dijimos bien de ti en ese y en otros tantos momentos.
La Iglesia ya no es lo que era, gracias a Dios,
pero es menos desde que tú comenzaste a ser su papa,
menos altiva, más femenina y con menos ansia de dinero,
más inclusiva, menos antigua y con más ganas de lo primero.
Lo primero fue Jesús,
lo de después, el comienzo de algo nuevo,
pero más tarde se convirtió en temible, de miedo.
Porque te hiciste querer, Jorge Mario,
te vas en mal momento, igual que fue bueno tu comienzo.
Ahora vendrá otro papa, ¿para cuándo mama?,
otro papa primero o segundo o tercero…
Algo de cambio dejaste, cartas, sínodos, un jubileo y, sobre todo,
una sonrisa, la de, quizá, el mismo Jesús de viejo.
Esta Iglesia nuestra, que ya bien conocemos,
o cambia y se transforma o se queda en odres viejos
y entonces, pasará que el vino se derrame como el Espíritu
y encontraremos odres nuevos en nuevos cuencos:
una persona atea, un transexual, una sin techo,
un fraile mendicante, una monja sin velo,
un cura casado, una mujer sacerdote,
un político de izquierdas, un presidente verdadero,
una mama o papa querido, una paz duradera,
un planeta en calma, un mundo diverso.
Francisco primero el bueno,
luego de ti, quedamos pendientes
de pasar por este mundo haciendo el bien,
con Dios al fondo,
confiando en llegar a verte de nuevo.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda
la difusión de sus artículos, indicando su procedencia.
Puedes aportar tu escrito enviándolo a eclesalia@gmail.com).

Que el nuevo Papa siga trayéndonos nuevos aires renovadores en el Vaticano.
Me gustaMe gusta
Amigo Braulio, comparto 100% lo que expresas, tengo los mismos sentimientos, el mismo dolor y la misma esperanza de que el Espíritu sople con la misma fuerza que nos regalo a Francisco. La Iglesia lo necesita.
Rebeca Cabrera
Me gustaMe gusta
¡Ay! Me ha dolido mucho.
Me gustaMe gusta
Creo que tenemos que agradecer todo lo que Francisco nos dejó y nos dio; ahora es nuestro tiempo de actuar y no esperar que todo venga ya hecho… Tenemos que actuar como seguidores de Jesús, seguir sus huellas y poner en práctica, de verdad, sus enseñanzas, las que Francisco se encargó de refrescarnos…
Me gustaMe gusta