BALANCE DEL AÑO
Un sencillo ejercicio para cerrar o abrir año
IÑIGO GARCÍA BLANCO, Hermano Marista, i.garciablanco@gmail.com
MADRID
ECLESALIA, 29/12/23.- Te propongo un ejercicio… antes de pasar página, de pasar día (o año). Estoy pensando en ti, como acompañante y como hermano de vida.
Cada año que se va trae uno nuevo, pero algunas veces nos queda la sensación de que no alcanzamos a agradecer tanto por lo vivido o de tener la posibilidad de exprimir el jugo de muchas situaciones del año y que representan un valor significativo para la vida.
Tal vez haya quien podrá decir que no fue un año significativo, o que resultó el más importante de su vida hasta entonces. Lo cierto es que siempre hay cosas para agradecer o encontrarles el sentido: una lista interminable de situaciones que han habitado nuestras agendas y citas y que de seguro merece la pena detenerse en algún momento para “recordarlas”.
Creo, sinceramente, que es imprescindible hacer balance y agradecer incluso aquello que no logramos comprender ahora. Porque volver sobre lo vivido trae un nuevo sentido a las cosas y nos permite descubrir muchos porqués de lo que nos pasa.
¡Qué bueno descubrir qué hemos recibido durante el año para entrar en sintonía con aquello que le fuimos entregando a los que nos rodean con el desgranar de los días! Seguro que se despiertan en ti agradecimientos profundos y algún que otro pedido de perdón que restablecen la vida y los vínculos.
Es posible que sea muy bonito decir que hace falta hacer un balance del año, pero hacerlo ya no resulta tan fácil. Primero, porque muchas veces nos convertimos en ‘fatalistas’ y comenzamos por todas las cosas negativas, lo que no hice, lo que me faltó, lo que no logré; segundo, porque nos podemos poner algo puntillosos y, o queremos abarcarlo todo y nos terminamos dispersando o hacemos algo así nomás dejando pasar lo que en verdad importa.
Una técnica que puede ayudar es revisar la lista de contactos. Repasa alguna de tus múltiples listas de contactos de las redes sociales o del teléfono. Ve persona por persona y vuelve a mirar el vínculo que te une con ella y qué significó en este año. Volcarse sobre cada una de las personas que habitaron tu año te puede dar una perspectiva de revisión del año nueva, humana, cercana a la realidad y vital.
¿Qué mejor que poder ponerle rostro a las miles de situaciones que este año le dieron un toque a tu vida? ¡Qué lindo saber que con el paso de los años hay personas que aún siguen allí sosteniéndonos! ¡Qué impresionante es darse cuenta de todo lo que significan nuestros vínculos para vivir más felices! ¡Qué mejor que elegir con qué quedarse de este año que se nos va y dejar atrás los rencores, las envidias, los momentos negativos y darle paso a la esperanza que trae un nuevo comienzo! Y entonces mirar al cielo (o al interior) y celebrar (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia. Puedes aportar tu escrito enviándolo a eclesalia@gmail.com).
