«SOY CON USTEDES»
León XIV en una Iglesia diálogo, encuentro, servicio y amor
MARÍA JOSÉ ENCINA, Hermana Comunidad Adsis, mjencinamunoz@gmail.com
JOKANO (ÁLAVA).
ECLESALIA, 12/05/25.- El nuevo Papa León XIV ha ocupado parte de este texto en su discurso, en el primer saludo que dirigió a toda la Iglesia y al mundo; un texto de san Agustín que se encuentra presente en Lumen Gentium:
“Cuando me aterra lo que soy para ustedes, entonces me consuela lo que soy con ustedes. Para ustedes, en efecto, soy obispo, con ustedes soy cristiano. Aquél es el nombre del cargo, éste el de la gracia, aquél, el del peligro, éste, el de la salvación”.
(S. Agustín, Serm. 340, 1: PL 38, 1483 / Lumen Gentium 32)
De esta manera, estas palabras tan profundas y llenas de sentido, que son parte del tesoro vivo de la Iglesia, se hacen especialmente proféticas en este momento eclesial, desde el cual vamos soñando, pensando y sintiendo cómo ser una Iglesia renovada, que comprenda y lleve en su seno las necesidades del mundo actual, compartiendo sus dolores, pero también sus anhelos y esperanzas.
El texto antes citado aparece en el apartado de los laicos, donde se expresa cómo la Iglesia es llamada a ser cuerpo de Cristo (Rm 12, 4-5). En este tiempo sinodal y en medio de este Año Jubilar, qué importantes se tornan estas palabras en las que san Agustín nos recuerda cómo ser comunidad. Lo que somos, nuestra identidad más profunda: hermanos y hermanas en Cristo. Pone delante de nosotros la vocación cristiana como experiencia fundante de la gracia y la salvación, implicándonos en una experiencia de amor que nos lleva a pensar en cómo somos Iglesia.
El Papa nos ha hablado de una horizontalidad que se reconoce y vive desde la experiencia del Resucitado; una paz que desarma y que nos cuestiona en nuestras formas de poder.
La clave del abajamiento y el despojo que se descubren en las palabras de san Agustín y que el Papa hace suyas nos confirman en una Iglesia que ama desde un lugar de diálogo, encuentro, servicio, pero, por sobre todo, amor.
Es hermoso el llamado permanente a una vivencia eclesial universal. Estas palabras, hoy pronunciadas, nos hablan y preparan para este tiempo donde pareciera que descubrimos la urgencia de un Pentecostés no solamente nuevo, sino permanente, donde todas y todos podamos construir un nuevo mañana.
Que la Ruah, el soplo vivo de Dios que hace nuevas todas las cosas, siga alentando y acompañando este nuevo tiempo que comenzamos como Iglesia (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia. Puedes aportar tu escrito enviándolo a eclesalia@gmail.com).

¡Quédate con nosotros, Señor!
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Somos uno; pero somos a su vez un tejido social sin dejar de ser humanos, con historia de fracasos y pecados que equilibran o desequilibran la balanza de la buena oveja. Hoy, más que nunca, recojamos el reto para este nuevo ciclo del Papa León XIV, donde caminar juntos saquemos adelante las tareas pendientes Puebla y Medellín; a ventilar nuestra Iglesia, a barrer las basuras, es RESPONSABILIDAD también de cada uno de nosotros. Fraterno abrazo. VAMOS!!!
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