DUELO
“Oíd, en Ramá se escuchan gemidos y llanto amargo; es Raquel que llora inconsolable a sus hijos que ya no viven”*
DEMETRIO ORTE, demeorte@gmail.com
VALENCIA.

ECLESALIA, 29/03/24.- Dejadme llorar por quienes han muerto
para que al menos no mueran del todo.
El olvido total es otro modo
de morir o matar aunque encubierto.

Dejadme llorar con esta impotencia
de compartir al menos el dolor
de quienes han sufrido el horror
de tanta muerte y tanta indiferencia.

No quiero olvidar para no sufrir.
No me consoléis con que todo pasa.
Tanto dolor mi corazón traspasa
por quienes no tenían que morir.

Y no es masoquismo. Es compasión.
Compartir el dolor nos hace humanos.
Este mundo injusto está en nuestras manos
y podemos ponerle corazón.

Son las madres que lloran a sus hijos,
las niñas y familias destrozadas,
mujeres cruelmente torturadas
y cuerpos como nuevos crucifijos.

Reclamo justicia para los vivos
para que al fin puedan vivir y vivan.
Y justicia a los muertos: que pervivan
en la digna memoria de los vivos.

La memoria es un acto de justicia.
Tenemos el deber de no olvidar.
Me dejaréis por lo menos llorar
para que el llanto sea una caricia.

(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda
la difusión de sus artículos, indicando su procedencia.
Puedes aportar tu escrito enviándolo a eclesalia@gmail.com).

* Jr 31,15