NO HAY PAZ SIN LIBERTAD
SILVIA M. FLORES, silviamflores@gmail.com
GUATEMALA.

ECLESALIA, 03/07/08.- El viernes pasado leí el artículo de Patricia Paz «Educar para la Paz» (ECLESALIA, 29/06/12). Me llamó la atención porque lo considero de suma importancia para la sobrevivencia del planeta y porque, de hecho, me estoy formando y trabajando en Construcción de Paz.

Estoy de acuerdo con todo lo que dice en el artículo. Me gustaría agregar que no hay Paz sin Libertad y no hay Libertad sin Justicia. Para ser libres, se necesita tomar conciencia de que el sistema que rige el mundo es injusto, es un sistema de muerte que ha conculcado nuestro derecho a pensar y a decidir. Generalmente “queremos” aquello que nos ofrecen los medios de comunicación, y nos hartamos de comida y bebidas dañinas, “queremos” lo que está de moda, hacemos lo que hacen o dicen “las estrellas”, nos vestimos como ellas, estamos entrenados para competir y para consumir, gastamos en cosas inútiles y desechables, perdemos nuestro valioso tiempo en actividades que no nos permiten pensar, reflexionar y cuestionar (fiestas, T.V., sexo, juegos electrónicos, “texteando” en ordenadores y móviles, etc), ni nos permiten relacionarnos libremente y no nos damos cuenta de que, para conseguir eso, muchas veces pasamos por encima de otras personas, no nos damos cuenta de que pisoteamos sus derechos, no advertimos que nos hemos convertido en títeres. Y lo más triste es que nos sentimos “realizados/as” con una vida así.

Para lograr la paz, es necesario recuperar los VALORES humanos y religiosos que se han perdido y promover una Educación para la Libertad. Hace falta despertar la conciencia sobre lo que es bueno, lo que es correcto y aprender a diferenciar lo que no lo es, a reconocer y rechazar los (anti) “valores” del sistema.

En cierto modo, Patricia tiene mucha razón al decir que no sabemos aceptar a quienes son diferentes; y es porque hemos aprendido a ser egoístas e individualistas, a temer y despreciar a quienes no son como los estereotipos que se nos presentan; los programas de televisión y las películas y la sociedad misma (ya enajenada) nos han enseñado a resolver las situaciones compitiendo, desconfiando de las demás personas y tratándolas con intolerancia y violencia. Si observamos, muchos de los problemas de la adolescencia y la juventud surgen del individualismo y de su deseo de destacar, de ganarle a… Si recorremos los canales de televisión o de cable podemos ver que lo que predomina es la violencia y el sexo, aún en los programas dedicados a los/as más pequeños/as vemos el uso de la violencia o de la competencia, el concepto de héroes solitarios e individualistas.

Por eso creo que es necesario darse a la tarea de ofrecer una formación en valores a niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Desde hace muchos años la “educación” se ha constituido en un medio de dominación, de sometimiento, de reproducción del sistema; se ha limitado a transmitir conocimientos sin promover valores ni criticidad y sin preparar a niñas, niños y jóvenes para la vida, para hacerse responsables de las consecuencias de sus acciones.

Es muy importante que descubran que “HACER LO QUE ME DA LA GANA” es muy diferente de “HACER LO QUE YO QUIERO”.

Actualmente las personas piensan que ser libres es poder hacer lo que les da la gana, sin embargo, obtienen todo lo contrario, se atan más a este sistema, se hacen esclavas de lo que eligen. Por el contrario, si tienen claro lo que quieren, si se fijan una meta positiva, que no dañe a otras personas, y hacen todo lo que les lleva a alcanzarla, es decir si se enfocan en ella, se hacen libres porque su elección y su fidelidad a ella, les lleva al éxito.

Pongamos como ejemplo a un atleta, su meta es obtener una medalla Olímpica, o implantar un record mundial. Eso es LO QUE QUIERE.

Si este atleta en vez de entrenar se pone a escuchar música con los amigos, se va a tomar cervezas y licor, se desvela, fuma, toma, anda por ahí con sus amigos/as, gasta sus ingresos en cosas inútiles, si no toma en cuenta a su familia, etc. es decir, si hace LO QUE SE LE DA LA GANA, se desviará de sus objetivos, difícilmente alcanzará la meta fijada y se volverá esclavo de esa vida enajenante que eligió. Pero, si se enfoca en su meta, si se hace responsable de su elección, pedirá el apoyo de su familia y amigos/as, practicará lo necesario, buscará un buen entrenador, fortalecerá sus músculos, se alimentará adecuadamente, dormirá las horas que su organismo necesita, etc. Es muy probable que consiga su propósito.

De esto se desprende que es necesario promover nuevamente los valores humanos y religiosos que se han perdido, es necesario volver a una vida digna, sana, solidaria, útil, respetuosa de la vida (personas, animales, naturaleza), optar por el “Bien Vivir y Bien Convivir” para hacer personas libres, críticas, justas, responsables, colaboradoras, comprometidas con su comunidad, capaces de transformar su entorno y empezar a construir ese Otro Mundo Posible.