SILENCIO
CÉSAR ROLLÁN SÁNCHEZ, eclesalia@eclesalia.net
SUESA (CANTABRIA).
ECLESALIA, 19/07/12.- Estamos en Suesa, Cantabria. Hasta aquí nos hemos venido toda la redacción de nuestra Eclesalia, acompañando al mayor de nuestros pequeños. Estamos de cocineros-intendentes de su grupo scout. Las monjas trinitarias nos acogen en un prado que hay al lado del monasterio. El paisaje es precioso, la compañía estupenda y ¡qué decir de la comida!
Yo me dedico también a dar paseos con las mellizas. El martes entré en la iglesia a la hora de Vísperas. Junto con las ocho monjas de la comunidad hay un grupo de unas veinte personas que están de retiro. Todas estaban allí puntualmente para iniciar el rezo a las siete y media. El silencio presidió la celebración y como diría el profeta, en el silencio estaba Dios.
La mayoría de las palabras que usamos no llegan a tener un significado completo hasta que no experimentamos su referencia a la realidad. Las escuchamos o leemos, pero nada como vivirlas. Silencio está entre esos conceptos abstractos que definen situaciones en las que hay ausencia de sonidos. No fue la primera vez que la experimentaba pero hacía tiempo que no vivía esa ausencia en la presencia de Dios.
La oración de la tarde llevó el ritmo pausado necesario para la reflexión y la calma. Se intercalaban las antífonas y los salmos, todos cantados, con las lecturas y comentarios, pero en medio había silencio.
Nada como experimentarlo. Casi cuando estábamos al final de este rato de oración, a la más pequeña le dio por llorar. Su leve llanto quebraba el tiempo de silencio, así que salí del templo con cierta agilidad para no molestar
Pues eso, silencio.
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Paz y bien.