LA EVANGELIZACIÓN ESTÁ EN EL PLAN
CÉSAR ROLLÁN, eclesalia@eclesalia.net
MADRID.
ECLESALIA, 30/11/15.- ¿Un plan de evangelización? ¿Uno más? ¿Un libro con las propuestas de siempre para la gente de siempre? ¿Una reunión de representantes de grupos, cofradías, comunidades religiosas… en la Vicaría para asentir? ¿Un encuentro con el obispo para decirnos lo que hay que hacer? Pues no, esta vez no.
El pasado martes 24 de noviembre acudí a «General Yagüe 23», sede de la Vicaría VIII de la diócesis de Madrid (el del abrigo rojo). Nos había convocado el párroco a los miembros del Consejo Pastoral al que acudo como representante del grupo scout de la parroquia, en el que están nuestros dos mayores. Fui bastante puntual y cuando llegué, la iglesia estaba a rebosar.
El acto comenzó con un canto clásico sobre la Iglesia peregrina de Dios en la que «somos testimonio de amor»; seguimos proclamando que «lo que nuestros padres nos contaron, no lo ocultaremos a nuestros hijos» según dice el salmo 77 y antes de que hablaran los dos ponentes, nos invitaron a ser «siempre humildes y amables» con las palabras de Pablo a los Efesios.
Resulta que tenemos un Vicario Episcopal de Evangelización en Madrid. Se llama Carlos Aguilar y fue el encargado de presentar que eso del Plan Diocesano de Evangelización en realidad no es un plan, sino un proyecto de plan que se hará «entre todos, con todos, para todos» según reza su propio lema. Después de ver un video de presentación, pues falló el sonido, Carlos habló algo y claro, utilizando ejemplos reales de las entrañas de la vida diocesana y parroquial, reconociendo la escasez de público en las misas y la avanzada edad de la mayoría de sus asistentes. Aclaró que no se trata de volver a llenar los templos sino de descubrir qué está haciendo Dios en estos tiempos y cómo podemos colaborar para secundarlo. Se atrevió a hablar de renovación de estructuras y estilos y de comunión común, una redundancia no exenta sentido y plena de novedad ya que frecuentemente se habla o hablaba de comunión con la jerarquía correspondiente. Contó cómo se va a funcionar en la creación de este plan y de que todo está explicado y será recogido en la página vevangelizacionmadrid.com
El obispo de Madrid, Carlos Osoro, habló después y concretó que todas estas ideas vienen del papa Francisco y su encíclica sobre la alegría y que el proyecto comenzará el próximo 12 de diciembre, día en el que se inicia el año de la misericordia. No nos dijo lo que había que hacer para evangelizar sino que nos propuso que juntos tratáramos de discernir qué nos pide Jesús hoy. Nos invitó a reencantarnos, una palabra nueva que supera a la clásica conversión. Terminó pidiendo ayuda, algo así como lo que hizo Jorge Mario nada más ser elegido papa, esperando la bendición de la gente. Carlos insistió en que todas las personas, también las alejadas e incluso las que critican a la Iglesia, serán bienvenidas al proyecto. Terminó con la bendición y una nueva petición de ayuda con un tono de voz que recordaba a las palabras de Pablo que escuchamos al principio sobre la humildad y la amabilidad.
Pues no, esta vez no, no será lo mismo de siempre o al menos no es lo que se pretende. No sé si se nos habrá hecho tarde para arrancar a la institución eclesial de sus más rancias raíces, pero lo que el otro día quedó claro es que a la jerarquía le ha soplado el Espíritu y se ha atrevido a tratar de dar los pasos para volver a Jesús. ¡Adviento!
Si como Iglesia somos sinceros, tendremos que reconocer que Dios está ya también en muchos sitios que no se dicen cristianos, ni creyentes, pero que derrochan tanta humanidad o más de la que predicamos en su Nombre (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).