«Y aquí dirijo mi apelo a mis hermanas (mujeres de Dios, monjas, consagradas; personas que creen en una comunidad igualitaria). A vosotras os pregunto: ¿por qué no presidís la Eucaristía este domingo? ¿De quién esperáis “el permiso”, de Dios o de los hombres? ¿Os prohibiría Jesús reuniros en su nombre, proclamar la Palabra, bendecir el Pan y repartirlo? ¿Hace falta revestir la consagración de algo más que de fe y entrega? ¿Hay un componente “mágico” que os impide a vosotras hacerlo?» […]
«Mujeres, ¡levantaos!«, mañana lunes, 10 de junio, en Eclesalia Informativo