Convocada la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
¡NO TENGÁIS MIEDO A LO NUEVO!
Una gran alegría para toda la Iglesia, para todo el pueblo
PEDRO JESÚS DOMÍNGUEZ, Comunidad Pueblo de Dios / Brotes de Olivo, pedropdios@gmail.com
MADRID
ECLESALIA, 13/03/20.- El papa convoca por fin, lo que algunos llevamos pidiendo y esperando desde hace décadas: un Sínodo sobre «Eclesiología de totalidad y de comunión» (Yves Congar), sobre el pueblo de Dios, sobre el Cuerpo, sobre la llamada única al ¡Ven y sígueme en comunidad!, sobre la sinodalidad.
«El todo es superior a las partes»
Una vez realizados en estos últimos 50 años todo tipo de Sínodos sectoriales y geográficos (laicos, vida sacerdotal, vida consagrada, familia, jóvenes, África, Amazonia, etc) ya ha llegado el momento, por fin, de convocar el Sínodo sobre el Sínodo, el Sínodo sobre la sinodalidad, como nota constitutiva (ya que va en su ADN) y no opcional de la Iglesia de todos los tiempos.
«Si entendemos que, como dice San Juan Crisóstomo, «la Iglesia y el Sínodo-Sinodalidad son lo mismo», también entendemos que en él nadie puede ser elevado por encima de los demás, queda erradicado así todo rango y grado jerarquizante, que eleve a unos sobre otros, eliminando toda desigualdad por motivo de género, cultura, estado de vida, formación, nivel social, cargo, función, ministerio o carisma…».
El papa para referirse a la sinodalidad como sinónimo de Iglesia, usa tres imágenes: la pirámide invertida (donde «la cumbre está debajo y al servicio de la base»), el poliedro (donde se hace sagrada la diversidad de sensibilidades, formas de vida, carismas y ministerios, a diferencia de la esfera que uniformiza todo por igualación y absorción) y la canoa, barca o nao de Pedro (donde todos siendo distintos remamos en una misma dirección cada uno con la fuerza que tenga. «Todos en el mismo barco con los gozos y fracasos…» como dice la copla «Todos Juntos» de Brotes de Olivo de hace casi 50 años).
Y nosotros como grupito, del que nació la «Mesa Diocesana por la comunión eclesial» en Madrid, además añadimos a estas tres imágenes una cuarta, la de «Ubuntu«(entre todos, todos juntos de la mano como hermanos iguales y diversos).
Esto es, en el santo pueblo de Dios. Un pueblo todo él Sacerdotal, Consagrado, Carismático, sacramental, apostólico, ministerial, laical, sinodal, católico, misionero, infalible «incredendo»... donde
- el «Sensus fidei o fidelium«,
- el «Sacerdocio común, único y universal» en Cristo y
- la «Vocación única común, universal y compartida«
son los ejes fundamentales en torno al que debe pivotar y articularse todo en la iglesia. Y todo es todo.
Es un Sínodo convocado para octubre de 2022, cuyo «destinatario es el pueblo de Dios como un todo» y tendrá, precisamente, como eje transversal la sinodalidad (la comunitariedad) y como como lema las palabras: Comunión (koinonía), participación y misión:«Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión»
«La unidad es superior al conflicto».
Son tres palabras devaluadas en la práctica y muy por estrenar en la vida y que definen la Iglesia de Jesús de todos los tiempos y que el papa hoy como pastor universal, nos reta a rescatar en el alma de todo bautizado y en la coyunturas y estructuras de su Iglesia: comunión, participación y misión.
Un Sínodo que nos llama a adquirir una «conciencia de Sinodalidad permanente» y que nos pone como Iglesia en un estado de sinodalidad permanente, y por tanto, de discernimiento y misión permanente, desde la diversidad de carismas, formas de vida especificas y ministerios, derramado por el Espíritu para la misión del Reino de Dios y su justicia.
«La realidad es superior a la idea»
La sinodalidad consagra el hecho de que “Toda la Iglesia pueblo de Dios es sujeto y todos en la Iglesia somos sujeto”, por tanto la sinodalidad es la mejor vía para acabar con el cáncer del clericalismo y poder transparentarnos eclesialmente ante el mundo, como «sacramento de reconciliación y unidad de todo el género humano«. Algo nuevo está naciendo ¡No lo notáis!
Al papa le encanta abrir procesos transversales que impliquen a todos. Un proceso irreversible se está iniciando con la convocatoria de este Sínodo (sobre «lo que nos une e identifica a todos: caminar juntos unidos y entrelazados») como continuidad y fruto de otros muchos procesos iniciados anteriormente, como eslabones de una misma cadena.
«El tiempo es superior al espacio.»
El Espíritu es el alma de la sinodalidad. Sin el Espíritu «somos ciegos guiando a otros ciegos» (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
¡Gracias Señor!
Todavía no me lo creo.
Mi alma rebosa de gozo y lo hace en gratuidad, sin expectativas humanas y preconcebidas, respecto a los frutos del Sínodo y del proceso ya abierto.
Estas palabras rebosan de mi corazón ante el hecho de constatar de que para Dios no hay nada imposible.
Gracias, Señor.