UN CAPÍTULO DE TEOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN
Ya cumple 50 años la Casa-escuela Santiago Uno de Salamanca
JOSÉ LUIS CORZO SshP, Instituto Superior de Pastoral (UPSA-Madrid), jlcorzo@telefonica.net
MADRID.
ECLESALIA, 22/11/21.- Nació en octubre de 1971 y se inspiró – además de en Calasanz – en Lorenzo Milani (1923-1967), el párroco exiliado en Barbiana, mísera aldea de la montaña florentina, que convirtió su parroquia en una escuela a pleno tiempo y, cuya Carta a una maestra (1967), traducida a más de 60 lenguas de todo el mundo, denunció que la escuela obligatoria era selectiva, en vez de mejor para los peores, es decir, compensatoria.
En Salamanca, solo 4 años después, seis escolapios muy jóvenes convertían un viejo caserón abandonado en hogar para chicos mayores de 14 años víctimas del fracaso de la escuela española y, la mayoría, hijos de campesinos emigrados a Alemania y Suiza. Poco después, cuatro de ellos optaron por regresar al campo y no vaciar más sus pueblos: así nació – y allí sigue – el Centro de FP Lorenzo Milani (1980).
La consigna siempre fue preferir al suspenso o expulsado más que al aprobado o con buenos informes. ¿Cómo se recuperaban? La Carta de Barbiana proponía métodos sencillos: convivencia en cooperativa durante siete días a la semana; lectura en corro de la prensa diaria cada noche [cf. Leer periódicos en clase, 1986]; hacer juntos Escritos colectivos [de muchachos del pueblo] (título de su libroen 1979); invitar a mucha gente a dejarse preguntar; y reflexionar solos en tres redacciones por semana. Además, aprendían oficios en varias escuelas de FP.
La novedad pedagógica y laica de don Milani – en armonía con Paulo Freire – retumbó entonces en muchas Escuelas de verano y cuajó en el Movimiento de renovación pedagógica (Educadores Milanianos, MEM), que aún edita la revista Educar(NOS): https://www.amigosmilani.es
Sin embargo, apenas cala la mayor aportación de Milani (también recogida en Santiago Uno) y es que la fe cristiana tiene cosas que decir sobre educación y escuela y mucho que corregir en la actual enseñanza escolar de la religión (ERE) y en las autodenominadas “escuelas católicas”, a las que Francisco pidió “urgente autocrítica” en Christus vivit (221-223) y no se ha visto por ninguna parte. Él mismo, desde Barbiana, el 20 de junio de 2017 recordó que aquella pedagogía concierne a la Iglesia. Por eso celebrar el nacimiento de Santiago Uno en los escolapios hace 50 años es un capítulo de la muy descuidada “teología de la educación” que os proponemos [cf. Don Milani, la palabra a los últimos, 2014].
Para más información: «Una pedagogía que entusiasma«
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